Las ratas y los ratones son mamíferos roedores que han vivido junto al hombre desde el principio de los tiempos. Viven en cualquier parte: en el campo, jardines, basureros, alcantarillas y con el hombre en su propia casa, se alimentan de la comida y basura de la ciudad. Se consideran plaga por la velocidad con que se procrean, son fértiles a partir de los tres meses de edad y tienen crías hasta 5 veces en un año. El promedio es de 8 a 12 crías. Los peligros de esta plaga no son sólo los daños que pueden hacer a los alimentos, muebles y estructuras del edificio, un buen número de enfermedades mortales son transmitidas por estos roedores.
Transmiten enfermedades a través de su saliva y excrementos y han provocado, directa y indirectamente, la muerte de millones de personas a lo largo de la historia. Estas son algunas de las más comunes:
- El Síndrome pulmonar por hantavirus es una infección diseminada mediante las heces de ratón que es fatal en algunos casos. La infección se transmite mediante el contacto directo con la orina y heces del roedor.
- El hantavirus también se disemina mediante la inhalación del polvo contaminado por el excremento de ratón u orina. La coriomeningitis linfocítica (LCM) es una enfermedad infecciosa que proviene del ratón y otros roedores. Por lo general se disemina por el ratón de casa común. Los humanos contraen el virus mediante la exposición a la saliva, excremento o materiales del nido del ratón.
- La salmonelosis es una infección ocasionada por beber agua o comer comida contaminada por ratones o excremento de rata. La salmonelosis ocurre alrededor del mundo. Los síntomas incluyen fiebre, calambres abdominales y diarrea. Deben llevarse a cabo análisis médicos para determinar si los síntomas son derivados de la salmonelosis.
También destacan la leptospirosis, teniasis, triquinosis y la toxoplasmosis.
Debido precisamente a que la transmisión de estas enfermedades sucede incluso cuando el agente transmisor es eliminado, es importante hacer una buena limpieza para acabar con los restos que puedan suponer focos infecciosos, retidarando los restos de las zonas de nidadas.